La iniciativa de la Franja y la Ruta marcó el comienzo de una nueva era de colaboración industrial entre China y Asia Central. Una planta cementera construida por China en Kazajistán ha permitido a este país alcanzar la autosuficiencia en la producción de cemento para pozos petrolíferos, captando el 70 % del mercado nacional. El proyecto también ha creado más de 400 puestos de trabajo locales y ha apoyado el desarrollo de las infraestructuras de Kazajistán.

Kazajistán fue el primer país en apoyar la iniciativa de la Franja y la Ruta. En los últimos años, la cooperación con China ha visto un nuevo impulso, destacando la planta cementera Shiele en suelo kazajo, financiada por China Energy Engineering Group.

El proyecto ha aumentado exponencialmente la demanda interna de cemento en Kazajistán, además de haber mejorado la tecnología de producción y ampliado la capacidad de almacenamiento especializado.

Shiele ha creado cientos de puestos de trabajo locales hasta la fecha y sus productos se han exportado a cinco países vecinos.