Como muchas técnicas tradicionales, la fabricación artesanal de sombrillas de papel de Yuhang también se enfrenta al riesgo de desaparecer.

Liu Weixue, nacido en los años 90, decidió en 2015 dejar su trabajo bien remunerado en diseño en la ciudad de Hangzhou tras graduarse, y regresó a su pueblo natal, Tangbu, en el distrito de Yuhang, para abrir una tienda en línea con un solo propósito: heredar y preservar el arte de su abuelo, reconocido como patrimonio cultural inmaterial.
Desde cortar el bambú para las varillas, forrar el papel, tensar los hilos, pintar los motivos florales hasta aplicar el aceite de tung: hacer una sombrilla puede tomar de 7 a 15 días. La producción anual apenas llega a entre 1.000 y 1.500 unidades, lo que representa solo una diezmilésima parte de una fábrica convencional.
Durante estos años, Liu Weixue y un grupo de maestros artesanos de edad avanzada han trabajado juntos en un pequeño valle para construir su propio “reino de las sombrillas”.
Liu cree que lo tradicional no tiene por qué ser anticuado. Comenzó a fusionar el diseño contemporáneo con las técnicas tradicionales, rediseñando las sombrillas antes de ponerlas a la venta en línea. Su número de seguidores pasó de 1.000 a más de 80.000, y las sombrillas de Yuhang volvieron a cobrar vida en la cultura juvenil.
Algunos compradores comentaron que sus productos les ayudaron a cumplir su sueño de infancia de vivir como en una novela de artes marciales; otros conservaron las sombrillas como símbolo de boda, y muchos más las llevan con sus trajes tradicionales chinos por la ciudad.
Liu Weixue comprendió entonces que no estaba vendiendo simplemente un producto funcional, sino también un objeto lleno de significado emocional.
“Espero no ser solo un vendedor de sombrillas”, dice, “quiero que esta tradición se transmita de generación en generación”.