El Gran Canal Beijing-Hangzhou, una monumental obra incluida en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, es la vía navegable artificial más larga y antigua del mundo, con más de 2,500 años de historia. Su tramo en Tianjin, que se extiende por 182,6 kilómetros, ha sido fundamental para la conectividad norte-sur y la fusión cultural que dio origen a la singular cultura “Jin”.

Uno de los puntos emblemáticos a orillas del canal es el pueblo antiguo de Yangliuqing. Este lugar es la cuna de sus famosas impresiones de Año Nuevo, íconos del arte tradicional chino y del espíritu de la Fiesta de la Primavera. La localidad también se destaca por albergar el gran patio de la familia Shi, una joya arquitectónica de la dinastía Qing apodada la “Primera Residencia del Norte de China”, así como las obras de recortes de papel teñidos de la familia Hao, patrimonio exclusivo de Tianjin.

Actualmente, Yangliuqing impulsa la revitalización de su legado con una combinación de tradición e innovación: escenografías inmersivas, iluminación artística y expresiones tridimensionales han transformado el patrimonio cultural en una vibrante expresión de la vida contemporánea.