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Renace el capullo de oro: la resplandeciente transformación de la industria china de la seda
CGTN Español

La seda china, el hilo radiante de la antigua Ruta de la Seda, adornó en el pasado a emperadores y tendió puentes entre culturas. Más tarde, las fibras sintéticas y los tejidos mecanizados atenuaron su brillo. Sin embargo, hoy en día los capullos dorados producidos en laboratorios reviven los campos rurales. La biotecnología, la inteligencia artificial y el teñido respetuoso con el medio ambiente, impulsan la industria china de la seda hacia un vibrante renacimiento, desde las aldeas hasta los escenarios mundiales.

Un vivo ejemplo de este renacimiento es la aldea de Xidong, en la provincia de Zhejiang, donde la mayoría de sus residentes depende de la sercicultura como su principal sustento desde hace generaciones. En la década de 1970, los ingresos de la seda sirvieron para construir casas y los campos de moreras estaban en su máximo apogeo. Sin embargo, en 2016, los precios del capullo blanco cayeron a menos de 15 yuanes por jin, unos 4,20 dólares por kilogramo, llegando a niveles por debajo de los costes de producción. Este declive económico provocó que los residentes más jóvenes de la región se mudaran a buscar trabajos en las ciudades, y la aldea se sumió en un periodo de silencio y dificultades. No obstante, tan solo dos años después, todo comenzó a cambiar.

El grupo Wensli, una empresa productora de seda con sede en Hangzhou que se enorgullece de proyectar la cultura china a través de sus productos, y la Universidad de Zhejiang, introdujeron en 2018 capullos de "gusano de seda dorado Nº 1" en Xidong, lanzando un proyecto piloto a gran escala. Para el año 2020 se concretó la construcción de un vivero de gusanos de seda de 800 metros cuadrados y naves de cría de 3.300 metros cuadrados con sistemas mecanizados y controles climáticos. Actualmente estas iniciativas se han traducido en una ganancia de alrededor de 30.000 yuanes (4.200 dólares) más al año para cada hogar de la aldea, y los capullos dorados de la más alta calidad de Xidong son el reflejo del renacimiento nacional de la seda.

Este renacimiento es también resultado del toque de la tecnología, que ha redefinido la cadena de la seda. En 2021, Wensli creó un laboratorio AIGC, o de contenido generado por inteligencia artificial, y en 2023 lanzó el primer modelo de patrones de IA específico para textiles del mundo, con más de 700.000 diseños y más de 300 algoritmos, suficientes para crear 100.000 bufandas únicas por persona en todo el mundo. Otro avance importante de la empresa fue la creación de la máquina de tintura sin agua GBART, cuyo desarrollo tomó ocho años y que consigue absorber cerca del 100 % del tinte, reduciendo las aguas residuales en un 99 %.

Estos avances se están extendiendo a toda China. En Suzhou se está optimizando el tejido de seda con inteligencia artificial, el brocado Shu de Sichuan revive patrones digitalmente, Shengze ha adoptado el teñido sin agua, Shaoxing está impulsando métodos bajos en carbono, Shandong comenzó a fabricar máscaras de seda y Huzhou reutiliza subproductos de morera.

La seda es el emblema cultural de China gracias a sus 5.000 años de historia y sabiduría, y el éxito de Xidong es tan solo un ejemplo de su renacimiento económico y cultural, el cual generará importantes beneficios para todas las regiones productoras de seda de China.