El artículo refleja las opiniones del autor, Antonio Jiménez, y no necesariamente las de CGTN Español.

En China, todo (literalmente) se compra desde el celular
La imagen se repite una y otra vez en Beijing: un complejo residencial, miles de departamentos. Afuera, una flota de motos eléctricas. En la entrada de las torres, una pared llena de casilleros postales inteligentes. Dentro de cada hogar, una app abierta y una notificación nueva de que tu pedido llegó. Así se mueve China. Así se compra en el futuro, que ya no es futuro. Es hoy.
Bienvenidos al país donde comprar en línea es el pan de cada día. En los últimos seis años, las compras digitales en China han alcanzado una escala difícil de imaginar desde América Latina o incluso desde Estados Unidos. Aquí no estamos hablando solo de pedir en Amazon o de hacer mercado por Rappi. Hablamos de una economía digital paralela, que fluye a una velocidad y eficiencia tales que hacen que cualquier otra experiencia de compra parezca del siglo pasado.

China y el boom de las compras virtuales.
Mientras en China, más del 80% de las compras urbanas se hacen en línea, en América Latina esa cifra ronda el 20%. En Estados Unidos, el comercio electrónico representa un 20–25% del total minorista.
El caso más cercano en América Latina es Mercado Libre, que ha construido su propia red logística, con entregas en 24 o 48 horas en ciudades grandes. Pero incluso sus ejecutivos admiten que el modelo chino está a años luz de distancia.
La primera vez que pedí por una app en Beijing fue para cambiar la una pantalla de mi celular. No pasó ni media hora y ya había venido ténico a mi apartamento e instalado mi pantalla nueva… Fue asombroso. Y así, cualquier cosa que uno pueda imaginarse, puede solicitarse desde el móvil.
¿Cuánto mueve este universo digital?
En 2023, el comercio electrónico minorista en China alcanzó los 15.42 billones de yuanes (aproximadamente 2.17 billones de dólares estadounidenses). Esta cifra incluye todo tipo de productos en línea, desde alimentos y electrónicos hasta ropa y artículos de lujo. Y lo más impresionante: más de 100 mil millones de transacciones anuales.
Detrás de esa logística impecable, hay un ejército de alrededor de 16 millones de repartidores, conocidos como "waimai xiaoge", que se encargan de que todo lo que pedís llegue rápido, a toda hora, llueva o se sienta un calor asfixiante.

En 2023, el comercio electrónico minorista en China alcanzó los 15.42 billones de yuanes (aproximadamente 2.17 billones de dólares estadounidenses).
En muchos complejos residenciales, cientos de casilleros inteligentes con códigos QR, pantallas táctiles y compartimientos con sensores aguardan por las mercancías. Si uno no está en casa, el repartidor deja ahí el paquete y uno lo recoge cuando uno quiera o pueda. Cómodo, seguro, sin contacto humano. Un mensaje por WeChat (la plataforma de mensajería instantánea líder en China) y listo.
Las entregas pueden tardar tan poco como 20 minutos. En muchas apps, si se pide la orden antes de las 11 a.m., el producto llega ese mismo día. Y en ciudades como Shenzhen o Hangzhou, hay servicios que ofrecen entregas en menos de una hora.
Un día en la vida de un repartidor chino
En un día normal, los repartidores empiezan su jornada a las 7:30 a.m., y cada uno puede hacer entre 40 y 60 entregas por día, lo que significa entre 150 y 300 yuanes diarios ($20–40 USD). El horario de trabajo se puede extender hasta las 10 p.m., aunque también hay otros que trabajan por las noches y madrugadas.
El sistema está basado en algoritmos que reparten los pedidos según rendimiento: mientras más eficiente es, más entregas puede hacer. Pero también hay penalizaciones si llegan tarde o rechazan pedidos. Es una rueda que no para.

En un día normal, los repartidores empiezan su jornada a las 7:30 a.m., y cada uno puede hacer entre 40 y 60 entregas por día, lo que significa entre 150 y 300 yuanes diarios (20–40 USD).
Muchos repartidores no son empleados directos de las plataformas. Son trabajadores independientes que operan a través de agencias intermediarias. Hasta hace poco no tenían acceso a seguro médico ni prestaciones sociales. Sin embargo, desde 2025, empresas como JD.com y Meituan están comenzando a ofrecer seguridad social completa a repartidores que trabajan a tiempo completo.
La pandemia como catalizador
Aunque el e-commerce ya comienza a instalarse antes de 2020, fue durante la pandemia que el sistema se volvió imprescindible y se extendió a todo tipo de comercio.
Para entender el ecosistema chino de compras digitales, hay que conocer sus apps más usadas:
Taobao: el Amazon chino, pero más interactivo y con millones de productos.
JD.com: ideal para electrónicos y productos de marca, con entregas en el mismo día.
Meituan: comida, taxis, hotel, peluquero, electricista... todo.
Ele.me: competencia de Meituan, centrada en comida.
Pinduoduo: compras grupales con descuentos agresivos.
Xianyu: mercado de segunda mano.
Xiaohongshu (RedNote): recomendaciones de productos, reviews y compra.
Douyin: TikTok chino con compras integradas desde los videos.
Del Labubu al chef a domicilio
Una amiga me contó que no consiguió el muñeco Labubu en ninguna tienda física. El famoso juguete, que se viralizó hace pocos meses, está agotado… no en el mercado digital. Por Taobao, un vendedor lo trajo desde otra provincia. Es común que los productos más virales se agoten en minutos en tiendas, pero reaparezcan en apps a precios ligeramente inflados. La economía paralela digital es imparable.
Y no todo es consumo de artículos. Puedes pedir un chef que cocine en tu casa, alguien que te limpie el apartamento, que arme un mueble, que te acompañe al hospital como traductor o que te instale una lámpara. Todo desde una app.
El sistema es ultra eficiente, pero no perfecto. Hay que estar atentos a:
Productos falsificados, sobre todo de lujo o cosméticos. Lo mejor es comprar en tiendas oficiales.
Devoluciones engorrosas: si bien existen políticas claras, el proceso puede ser lento o frustrante si el vendedor no coopera.
Los consumidores chinos son astutos: revisan reviews, piden fotos reales, comparan entre vendedores y suelen usar apps de reputación para evitar estafas. Son buenos consejos para aplicar cuando uno se sumerge en este mar de ventas digitales.

Labubu, el muñeco de diseño se ha convertido en una sensación mundial.