El artículo refleja las opiniones de la autora, Perla Pineda, y no necesariamente las de CGTN Español.

Haciendo caso al famoso proverbio chino "La salud es la mayor riqueza" y dejando a un lado el miedo a la barrera del idioma, decidí emprender lo que creí sería una odisea para recibir atención médica en Beijing. Aunque no contaba con un seguro médico, me sorprendió gratamente saber que, a través del sistema público de salud, los extranjeros podemos acceder a servicios esenciales y comprar medicamentos sin mayores complicaciones, pese a no ser residentes permanentes del país.
Una de las primeras cosas que noté fue la eficiencia y modernidad del proceso para agendar una cita. Aunque existe la opción de hacer la reserva de manera presencial, me decidí por utilizar aplicaciones y plataformas digitales como Jingtong, WeChat y Alipay, que permiten realizar todo el proceso de manera rápida y cómoda desde el teléfono móvil. Estas aplicaciones y plataformas digitales no solo son populares en China, sino que son muy prácticas para acceder a servicios médicos sin tener que lidiar con largas esperas.
Para agendar mi cita y acceder al servicio que requería tuve que crear una cuenta y registrar mis datos personales, así como escanear mi pasaporte. Posteriormente pude elegir la especialidad, el horario de atención y el hospital más cercano que cubría mis necesidades. En cuestión de segundos recibí la confirmación de mi cita.
El día de consulta el personal tuvo que orientarme en una ventanilla para realizar el pago y poder obtener mi turno de atención, pero fue sorprendente ver que las personas locales prefieren hacer más eficiente su proceso tan solo presentando su ID en una máquina, sin necesidad de tener contacto con las personas. Lo que contribuye a una atención más organizada y eficiente.
El sistema, aunque algo limitado en cuanto a disponibilidad de idiomas logró ofrecerme la asistencia necesaria. Sin embargo, hay que estar preparado para que la atención no sea completamente en inglés, por lo que algunas frases clave, apoyo de algún traductor, la reservación en línea pueden ser útiles si no se domina el chino.
Para pasar a la revisión el proceso fue fácil ya que solo tenía que estar al pendiente de las pantallas que mostraban cuál era mi turno y que consultorio me tocaba.
Además, el costo de la consulta más los medicamentos resultó accesible para mi bolsillo, lo que pagué en conjunto, sin contar con seguro médico, salió más barato en comparándolo con una consulta privada en mi país.
Mi experiencia en el Hospital de Beijing fue positiva y novedosa. El sistema de salud público de China, aunque diferente al de otros países, está bien organizado y tiene en cuenta las necesidades de los extranjeros, sumando las bondades que brindan las plataformas digitales.