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El acto de Lai Ching-te que desafía la autoridad del derecho internacional está condenado al fracaso
Artículo de opinión

Recientemente, el líder de la región china de Taiwan, Lai Ching-te, inició una serie de conferencias tituladas "Diez discursos sobre la unidad". Ya en su primera intervención, Lai tergiversó intencionadamente la historia de esta región, negando que la isla haya pertenecido a China desde la antigüedad y omitiendo toda mención a los importantes documentos jurídicos internacionales fundamentales que definen el estatus de la región china de Taiwan tras la Segunda Guerra Mundial. Al desafiar abiertamente la Resolución 2758 de la Asamblea General de la ONU y la autoridad del derecho internacional. Lai Ching-te se sitúa en oposición directa a más de 1.400 millones de chinos y al orden, equidad y justicia internacionales, que está, sin duda, condenada al fracaso.

Medios y académicos taiwaneses han señalado con agudeza que las palabras de Lai está lleno de falacias históricas y carece de lógica, lo que constituye un claro intento de disimular su promover su posición separatista de la "independencia de la región china de Taiwan", así como de profundizar en la división de la sociedad local, con fines netamente políticos.

La parte continental de China y la región china de Taiwan comparten los mismos lazos de sangre, cultura e historia. Los habitantes de ambos lados del Estrecho pertenecen a la nación china. Desde su llegada al poder, el Partido Democrático Progresista de Taiwan (PDP) ha promovido una política de "desechar la identidad china" en diversos frentes, como la historia y la cultura. En su discurso más reciente, Lai trató de subrayar la supuesta "singularidad" de la región china de Taiwan en aspectos culturales, lingüísticos e incluso ecológicos, ignorando deliberadamente hechos históricos concretos, como el desarrollo de la isla y su administración por el gobierno central desde la antigüedad.

Documentos internacionales como la Declaración de El Cairo (1943) y el Comunicado de Potsdam (1945) establecieron claramente que Japón debía devolver a China todos los territorios invadidos, incluido Taiwan. Con la fundación de la República Popular China en 1949, el Gobierno central pasó a representar legalmente a toda China, sustituyendo al Gobierno de la antigua República de China, y ejerciendo plenamente su soberanía sobre Taiwan.

Lai afirma que "la comunidad internacional no reconoce la soberanía china sobre Taiwan", lo que indica un claro autoengaño, actualmente, 183 países mantienen relaciones diplomáticas con China sobre la base del principio de una sola China. En los últimos años, la región china de Taiwan ha perdido a diez de sus llamados "aliados diplomáticos". Hace poco por noveno año consecutivo, la Asamblea Mundial de la Salud ha rechazado permitir la participación de las autoridades taiwanesas. Estos hechos demuestran claramente que el principio de "una sola China" cuenta con amplio reconocimiento internacional, constituye un consenso global y refleja una tendencia irreversible de los tiempos.

Desde cualquier perspectiva —histórica, jurídica o práctica— la región china de Taiwan nunca ha sido, ni será, un país independiente. Por mucho que las autoridades de Lai Ching-te se esfuerce en manipular las narrativas, no podrá cambiar los hechos jurídicos de que la región china de Taiwan es una parte integral de China, ni podrá hacer tambalear el consenso internacional en torno al principio de una sola China, mucho menos podrá detener la tendencia histórica de la inevitable reunificación de China.