En la última semana, el distrito de Rongjiang, en Guizhou, en el suroeste de China, se ha visto azotado por fuertes lluvias y graves inundaciones. En el refugio temporal más grande del distrito, nuestro reportero ha conocido a un voluntario proveniente de la provincia septentrional de Shanxi: Guo Zhiqiang. Antes de la catástrofe, viajaba entre Chengdu y Rongjiang para trabajar en el fútbol. Pero cuando llegó la inundación, tomó una decisión diferente.

A sus 34 años, Guo Zhiqiang, procedente de la provincia de Shanxi, se entrenaba para ser comentarista de la "Superliga de los pueblos".

Pero una rara inundación, no registrada durante cincuenta años, puso patas arriba los planes. El estadio, antes lleno de vítores y risas, ahora está lleno de barro.

"Ese campo solía tener miles de lugareños y turistas, todos animando juntos. Era inolvidable. Verlo así... duele mucho. Solo quiero ayudar a que vuelva a ser lo que era", dijo Guo Zhiqiang.

El 24 de junio, cuando la inundación estaba en su punto álgido, Guo salió solo. Vadeó las aguas crecidas en la oscuridad durante dos horas para llegar hasta los necesitados. Desde entonces, ha estado en movimiento, entre refugios, comunidades, dondequiera que se necesite ayuda. Como trabajador social cualificado, Guo presta asistencia, sobre todo a ancianos y niños. Los habitantes de Rongjiang se han dado cuenta. Guo ya no es solo un visitante. Es de la familia.

"La gente de Rongjiang es resistente. No importa la dificultad, la afrontan con valentía y con una sonrisa. Creo que Rongjiang se recuperará pronto y será aún mejor que antes. Cuando se vaya el agua, nos veremos en Cunchao", aifrmó Guo.