El café, pasión nacional y motor económico de Brasil, enfrenta desafíos. Mientras la producción del célebre arábica ha sufrido reducciones en algunas regiones, surge un pilar de resiliencia: el café Robusta. Especialmente en Espírito Santo, este grano, antes subestimado, está reescribiendo la historia del café brasileño.

Antes era considerado un café de segunda categoría pero hoy se perfila como la nueva carta ganadora del reino del café: es el café Robusta, una variedad muy cultivada en Brasil, especialmente en Espírito Santo, donde representa cerca del 70% de la producción nacional. El café Robusta de Espírito Santo juega un rol silencioso pero estratégico. Su robustez y alto rendimiento han compensado las caídas en la producción de arábica estabilizando la oferta general de café brasileño y manteniendo a Brasil como el mayor productor mundial. Es un grano esencial para la composición de blends que encontramos diariamente, y su demanda global sigue en ascenso.

La cosecha de café Conilon, también conocido como café Robusta, es un motor clave para la economía de Espírito Santo, generando más de 1000 empleos directos e indirectos en la región. Espírito Santo se consolida como el mayor productor de café Conilon de Brasil, y se destaca por la mejora constante en la calidad de su grano, que es cada vez más valorado en el mercado internacional.