El bastón es la piedra angular del Kung Fu chino en la tradición de los monjes Shaolin. Es una de sus armas más ancestrales y respetadas. Sus técnicas son elegantemente sencillas: cada golpe, estocada y bloqueo es preciso. Los golpes de largo alcance y las habilidades de combate cuerpo a cuerpo se combinan en un sistema estricto y ordenado, basado en un ágil juego de piernas.

Tradicionalmente, los monjes demuestran estas habilidades ancestrales con sus bastones, cortan el aire con arcos enérgicos y decisivos. No se trata sólo de fuerza. Es una muestra de armonía controlada, donde cada movimiento refleja un equilibrio de poder y estrategia. Una coreografía perfecta que desde hace años viene atrayendo la atención de los aficionados a las artes marciales de todo el mundo.