Los videojuegos chinos conectan cada vez más la cultura ancestral con las generaciones más jóvenes. A través de un diseño digital envolvente y de colaboraciones en el mundo real, los títulos nacionales están inspirando a los jóvenes jugadores a redescubrir las artes tradicionales, impulsando el turismo y reforzando la confianza cultural.

Un excelente ejemplo de esta tendencia es “Ashes of the Kingdom”, o en español “Cenizas del Reino”, que cautivó inmediatamente la imaginación de los jugadores tras su lanzamiento nacional el pasado septiembre, atrayendo a los aficionados con su mundo ricamente detallado de finales de la dinastía Han (202 a.C.- 220 d.C.) y el periodo de los Tres Reinos (220-280). En Yangzhou, provincia oriental china de Jiangsu, los jóvenes jugadores acudieron en masa a los monumentos históricos de la ciudad, como el Esbelto Lago del Oeste y los jardines Ge y He, que se transformaron en centros de búsqueda inmersiva en el videojuego.
Desde mediados de mayo hasta finales de junio, el proyecto de colaboración atrajo a miles de visitantes deseosos de rastrear los motivos lacados que aparecen en el videojuego. “El juego ha atraído a muchos viajeros de la generación Z a Yangzhou para descubrir su belleza a través de sus paisajes, gastronomía y tradiciones”, declaró Dai Bin, subdirector de la Oficina de Cultura y Turismo de la ciudad.
Durante los tres días que duró la Fiesta del Bote del Dragón, el Museo del Patrimonio Cultural Inmaterial de Yangzhou registró cerca de 20.000 visitantes diarios, de los cuales una parte significativa eran entusiastas del videojuego. Bajo la dirección de maestros artesanos, los visitantes dibujaron, incrustaron y pulieron Luodian -también conocido como incrustación de nácar- en paneles de madera, transformando motivos digitales en obras de arte tangibles. Este modelo de “videojuego más patrimonio” convierte los hitos culturales en aulas vivas, añadió Dai.
Según los datos, las búsquedas en Internet relacionadas con el turismo cultural aumentaron un 300 % durante el mes que duró el proyecto, ya que los viajeros de la generación Z acudieron en masa para conocer de primera mano la cultura Han.
Detrás de estas exitosas actividades se encuentran jóvenes equipos de desarrollo que entretejen la historia auténtica con los videojuegos modernos. “Elegimos algunos fragmentos culturales representativos (laca, música guqin y atuendos tradicionales) para despertar la curiosidad”, explica Xiao Meng, productor de “Ashes of the Kingdom”.
Las políticas nacionales y las iniciativas educativas están alimentando aún más esta moda cultural. En abril, el Ministerio de Comercio presentó un plan de exportación de videojuegos que aboga por el desarrollo de operaciones de videojuegos en el extranjero, la ampliación de los escenarios de aplicación y el establecimiento de una cadena industrial que abarque el desarrollo de la propiedad intelectual, la producción de videojuegos, la publicación y las operaciones internacionales.
Los datos del sector subrayan este impulso. Según el informe de exportación de videojuegos de China de 2024, los videojuegos desarrollados en China alcanzaron ventas en el extranjero por 18.560 millones de dólares estadounidenses, lo que representa un aumento del 13,39 % respecto al año anterior.
En abril de este año, el Ministerio de Educación aprobó el diseño artístico de videojuegos como especialidad universitaria en tres instituciones, entre ellas la Universidad de Comunicación de China y la Academia de Cine de Beijing, con cursos sobre psicología del jugador y preservación digital de la estética tradicional.
“La industria china del videojuego necesita una teoría de diseño sistemática y, a través de la educación, pretendemos inculcar principios de diseño más profesionales e impulsar el desarrollo saludable del sector”, afirmó Liang Qiwei, profesor invitado de la Escuela de Animación y Arte Digital de la Universidad de Comunicación de China y fundador de S-GAME de Beijing.
Gracias al auge de los videojuegos, el renacimiento de la cultura tradicional china ha ido más allá de una mera moda, cobrando vida a través de un rico abanico de vívidos símbolos culturales y plataformas.
Tomemos como ejemplo “Black Myth: Wukong”, inspirado en el clásico literario chino “Viaje al Oeste”, protagonizado por el Rey Mono, que se convirtió en una sensación mundial instantánea, vendiendo más de 10 millones de copias en todas las plataformas a los tres días de su lanzamiento.
Según Zhang Yiwu, profesor de la Universidad de Beijing, el éxito mundial del videojuego ha supuesto un avance significativo en los esfuerzos de China por promover su cultura en el extranjero, demostrando su creciente capacidad para romper barreras y superar obstáculos en la escena mundial.
Los videojuegos se han convertido en uno de los medios de comunicación más importantes para el intercambio cultural, pero los desarrolladores deben asegurarse primero de que la jugabilidad sigue siendo entretenida y de que los elementos culturales enriquecen la experiencia general en lugar de eclipsarla.
La clave para aprovechar los recursos culturales de China es presentarlos a través de una expresión contemporánea innovadora, afirmó Liang.