Las alfombras palaciegas chinas poseen una historia milenaria. Desde la antigüedad, las más exquisitas alfombras de China se ofrecían como tributo a la corte imperial, ahora conocidas como alfombras palaciegas chinas. La Ruta de la Seda facilitó un mayor intercambio de técnicas. La corte de la dinastía Qing estableció talleres oficiales en lugares como Ningxia, Xinjiang y Xizang, lo que perminitió la elaboración de alfombras palaciegas con características locales distintivas.

La técnica antigua de las alfombras palaciegas chinas sigue siendo totalmente manual. Se utilizan fibras vegetales, teñidas con plantas medicinales, empleando recursos naturales y renovables en cada paso. Esto preserva al máximo las propiedades físicas tanto de las materias primas como del producto final, lo que resulta en piezas de lujo que encarnan lo ecológico.