En las dos últimas décadas, lo que antes era tierra estéril al pie de las montañas Helan se ha transformado en viñedos, casas de huéspedes y lugares turísticos, dando un nuevo impulso a la industria vitivinícola de la región autónoma de la etnia hui de Ningxia. En Ningxia, el vino ya no es solo una bebida, sino que se está convirtiendo en una forma de vida.
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Al combinar la producción vinícola con el turismo cultural, las bodegas locales han creado diversas experiencias de consumo, como el ecoturismo, los deportes y los viajes educativos, que permiten a los visitantes no solo degustar las cosechas locales, sino también conocer el estilo de vida y las historias que hay detrás de ellas.
Las redes sociales se han convertido en un canal clave para dar a conocer la cultura vinícola de esta región a un público más amplio. Según Jia Jincai, empleado de Yuanshi Chateau, muchos visitantes los conocen a través de internet y los huéspedes internacionales suelen sorprenderse al saber que la región cuenta ahora con más de 200 bodegas.
"Nuestra bodega ha generado empleo para entre 800 y 1.200 personas", afirma Yuan Yuan, directora general de Yuanshi. Además, destaca que los aldeanos ya no se limitan a trabajar en el viñedo, sino que muchos alquilan ahora sus casas como casas de huéspedes o restaurantes, lo que les permite obtener ingresos adicionales del turismo. Como resultado, la renta anual per cápita del pueblo pasó de menos de 600 yuanes (83,7 USD) en el año 2003 a más de 30.000 yuanes (4.185 USD) en 2023.

Su Jinping, empleada de Yuanshi Chateau. Fotografía de Ye Yuchen
Su Jinping, que trabaja aquí desde 2003, se describe a sí misma como testigo de grandes cambios. "Ahora cultivamos uvas, recibimos a visitantes de todo el mundo y tenemos unos ingresos estables. La tierra que antes estaba desnuda ahora está cubierta de verde", afirma.
El sector vitivinícola de Ningxia, está preparado para una mayor expansión, profundizando en su integración con el turismo cultural y acelerando el desarrollo de un modelo de crecimiento sostenible e impulsado por la experiencia, para transformar las bodegas en destinos donde los huéspedes puedan sumergirse plenamente en el estilo de vida del vino.

Sala de degustación de Yuanshi Chateau. Fotografía de Hou Tianze
Al integrar nuevos modelos de negocio, formatos y productos, estos escenarios de consumo emergentes se están convirtiendo en un motor vital para la mejora del consumo interno. Además de mejorar las experiencias de consumo, muestran el creciente interés del público chino por una mejor calidad de vida.
(Ye Yuchen, Dong Jiayi y Zhu Yue, de la Universidad Fudan contribuyen al artículo)