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En China, las tiendas 7-Eleven de las estaciones de metro se abastecen mediante robots que viajan en metro
CGTN Español

La escena parece sacada de una película futurista: un pequeño robot, con forma amigable y movimientos cautelosos, desciende del vagón del metro en Shenzhen y se dirige con precisión quirúrgica a una tienda 7-Eleven para entregar mercancía. Pero esto no es ciencia ficción, sino la nueva normalidad en una de las ciudades más tecnológicamente avanzadas del mundo.

Desde el 14 de julio, Shenzhen, una ciudad sureña china, se convirtió en la primera ciudad del planeta en lanzar un sistema de reparto robotizado que utiliza la red de metro para distribuir productos a más de 100 tiendas 7-Eleven ubicadas en diversas estaciones. Detrás del proyecto están el grupo Vanke y su filial logística Wanwei, en colaboración con el Metro de Shenzhen.

Los 41 robots, de un metro de alto, están equipados con la inteligencia artificial, radares láser y sistemas de navegación que les permiten abordar trenes, identificar estaciones, usar ascensores y entregar productos sin intervención humana. Cada robot puede planificar rutas óptimas en tiempo real, esquivar obstáculos y adaptarse al flujo de pasajeros con sorprendente cortesía.

Además de su carisma robótico que ha captado la atención de los viajeros, estos autómatas llegan con una misión clara: resolver el problema de la "última milla" en la logística urbana. Hasta ahora, las tiendas dentro del metro dependían de entregas manuales desde la superficie, una tarea lenta, costosa y compleja en horas punta.

"La eficiencia mejora, los costos bajan y los pedidos llegan más rápido", comentó el encargado de una de las tiendas piloto. Se estima que los robots podrían cubrir toda la demanda estacional de las tiendas subterráneas.

Este innovador proyecto no solo mejora la logística, sino que también refleja la posición de Shenzhen como epicentro de la robótica global. Con el 60 % de la producción mundial de robots de servicio y un ecosistema urbano que abraza la automatización, la ciudad no solo imagina el futuro: lo implementa, vagón por vagón.