En 2021, China anunció que dejaría de construir nuevas centrales de carbón en el extranjero, reafirmando su compromiso frente al cambio climático. A la vez, ha apoyado la construcción de más de 1000 plantas fotovoltaicas en Asia, África y América Latina, que generan 28.000 millones de kWh anuales de energía limpia, reduciendo emisiones y mejorando la vida local.


Proyectos como la Granja Forestal Saihanba, convertida de desierto en bosque con un 82 % de cobertura, y la "Gran Muralla Verde" en África, que ya ha restaurado más de un millón de hectáreas de tierras degradadas, son ejemplos del enfoque ecológico de China.

Con iniciativas concretas en energías renovables y restauración ambiental, China está contribuyendo activamente a la seguridad ecológica global con sabiduría y compromiso.