Los líderes de la Unión Europea visitarán China el jueves para asistir a la Cumbre China-UE y reunirse con el liderazgo chino. Aunque ambas partes han emitido señales positivas antes del encuentro, persisten algunas incertidumbres. ¿Qué se puede esperar de esta cumbre? ¿Cuáles son los retos que se avecinan?
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El Ministerio de Relaciones Exteriores de China anunció el 21 de julio que António Costa, presidente del Consejo Europeo, y Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, visitarán China el 24 de julio. La visita de los líderes europeos coincide con la conmemoración del 50º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y la UE. Antes del viaje, ambas partes han mostrado señales positivas.
El 14 de julio, China publicó datos comerciales en los que subrayó la complementariedad económica que caracteriza sus relaciones con la UE.
"Durante los últimos 50 años, la cooperación económica y comercial entre China y la UE ha sido complementaria, y el volumen del comercio bilateral se ha multiplicado más de 300 veces", indicó Wang Lingjun, viceministro de la Administración General de Aduanas de China.
El 16 de julio, China y la UE anunciaron el levantamiento simultáneo de todas las restricciones a los intercambios mutuos.
"En el contexto actual, ambas partes coinciden en que es fundamental que China y la UE refuercen el diálogo y la cooperación. De común acuerdo, China y el Parlamento Europeo han decidido levantar de forma simultánea todas las restricciones a los intercambios", afirmó Lin Jian, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China.
A pesar de estos gestos de buena voluntad, persisten desafíos. Temas candentes como las tierras raras, los vehículos eléctricos y los desequilibrios comerciales siguen a la espera de avances. En un reciente discurso, Ursula von der Leyen realizó comentarios utilizando un tono amable hacia China.
"En tan solo 50 años, su PIB se ha multiplicado por más de 10. Las aldeas dieron paso a megaciudades. Más de 800 millones de personas salieron de la pobreza", dijo Urusla Von Der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.
Sin embargo, algunas de sus declaraciones posteriores sembraron dudas sobre el diálogo que se avecina.
"Esto, por ejemplo, permite a China inundar los mercados globales con una capacidad subvencionada excesiva, no solo para impulsar sus propias industrias, sino también para asfixiar a la competencia internacional", expresó la presidenta de la Comisión Europea
China valoró el gesto de buena voluntad contenido en el discurso, pero también señaló que algunas acusaciones se basan en dobles estándares.
“Históricamente, la UE ha sido uno de los principales proveedores de subsidios, con sectores como el aeronáutico, la agricultura y otros declarados en violación por la OMC. En los últimos años, lejos de corregir estas prácticas erróneas, la UE ha intensificado sus programas de subvenciones", manifestó He Yongqian, portavoz del Ministerio de Comercio de China.
Expertos también insisten en que las relaciones entre China y la UE deben analizarse en un contexto más amplio.
"Debemos ver nuestras relaciones de forma más integral, no solo centrarnos en el desequilibrio de bienes, ya que Europa importa más de China. Si se incluyen los servicios, China importa más de Europa. Eso muestra un gran potencial", dijo Wang Yiwei, profesor de la Universidad Renmin de China.
Con las expectativas bajo control, resulta ambicioso esperar avances sustanciales en una reunión de un solo día en Beijing. Como señaló China, el aniversario de medio siglo de relaciones diplomáticas es un momento propicio para que la UE adopte una visión más racional sobre China y tome un enfoque más pragmático y proactivo en su relación bilateral.