Un pequeño paso para China, un gran paso para la humanidad. El Laboratorio de Exploración del Espacio Profundo, en la provincia china de Hebei, ha desarrollado un sistema para fabricar “in situ” ladrillos a partir del suelo lunar.

El laboratorio utiliza un reflector parabólico que concentra la energía solar para fundir y moldear el suelo lunar. La energía concentrada se transmite a través de un haz de fibra óptica. Un sistema óptico de alta precisión enfoca esta luz solar concentrada sobre un pequeño punto. El suelo lunar se somete a temperaturas de más de 1.300 grados Celsius.
Según el laboratorio, estos ladrillos pueden presentar una gran resistencia y densidad, cualidades adecuadas para la construcción de múltiples infraestructuras en la Luna. Aun así, dadas las extremas condiciones del satélite, como la baja gravedad, los ladrillos no podrán soportar por sí solos la construcción de hábitats y deberán depender de otros módulos estructurales.