Nota del editor: el artículo es una traducción del editorial publicado en CRI online.

Hace diez años, cuando se reunieron en Washington por primera vez, los líderes del Grupo de los 20 se enfrentaban a la importante tarea de sacar a la economía global de la peor crisis financiera en décadas. Una cooperación honesta y la coordinación de políticas cumplieron con su objetivo gracias a la voluntad colectiva, permitiendo que las economías más ricas contribuyesen a encauzar a la economía mundial por el camino correcto.

Diez años después, la comunidad internacional vuelve a enfrentarse a complejos desafíos. La economía global continúa creciendo, pero a un ritmo más lento. El comercio internacional ha comenzado a estancarse. La Organización Mundial del Comercio (OMC) está advirtiendo de nuevo de que, por quinto año consecutivo, la tasa de crecimiento del comercio global este año podría verse superada por la tasa de crecimiento económico global.

Al mismo tiempo, el proteccionismo y el unilateralismo han agitado las bases del orden del comercio global, con un amplio número de mercados emergentes y países en vías de desarrollo sufriendo el impacto. Ahora mismo, las incertidumbres y riesgos de la economía global están en aumento. 

La cumbre del G20 se celebrará del 30 de noviembre al 1 de diciembre en Buenos Aires, Argentina. /Foto VCG.

Ante esta situación, el presidente de China Xi Jinping, en un discurso en la reciente Cumbre de CEO de APEC señaló que “la humanidad ha vuelto a verse en una encrucijada. ¿Cooperación o confrontación? ¿Abrir o cerrar puertas? ¿Progreso de beneficio mutuo o un juego de suma cero? Los intereses de todos los países, y de hecho, también el futuro de la humanidad, dependen de las decisiones que nosotros tomamos”.

Recordó que “en la confrontación, como una guerra fría, un conflicto armado o una guerra comercial, nadie saldrá victorioso” y que “no existe ningún problema que los países no puedan resolver a través de consultas siempre y cuando éstas se desarrollen bajo el espíritu de igualdad, entendimiento mutuo y acuerdo”.

Ante estas preocupaciones clave, la próxima cumbre del G20 en Argentina se centrará principalmente en dos áreas: la gobernanza de la economía global y el cambio climático. 

A la gobernanza de la economía global le preocupan principalmente los problemas del comercio global. Es muy probable que entre estos temas se incluya cómo los países pueden frenar el proteccionismo y el unilateralismo, cómo continuar la promoción de la globalización y cómo mantener el sistema multilateral de comercio global.

El centro del comercio internacional en estos momentos es la OMC. Aplicar algunos cambios a la forma de proceder de la OMC es uno de los temas que, se cree, más se discutirá en el encuentro del G20 de este año. Puesto que en el último año EE. UU. ha bloqueado en varias ocasiones las citas judiciales del Órgano de Apelación de la OMC, el tribunal está paralizado.

La jubilación inminente de unos de los juristas el año que viene podría frenar por completo el trabajo del tribunal, ya que no hay suficientes miembros en el panel para dictaminar sentencia, lo que supone una terrible amenaza para el funcionamiento de la OMC.

El embajador de China ante la OMC, Zhang Xiangchen, ha declarado que en la última década los cientos de millones de dólares en subsidios a la agricultura con los que han contribuido los países desarrollados de la OMC no han sufrido cambios. Al mismo tiempo, en todo el mundo han surgido nuevos modelos empresariales, como el comercio electrónico.

Pero la OMC tampoco está creando ninguna nueva norma o parámetro internacional para tratar estos cambios. Y lo que es más preocupante es que la organización parece estar perdiendo su capacidad de controlar los caprichos de los miembros de la OMC que prefieren el unilateralismo y el proteccionismo. Por todas estas razones, la OMC necesita cambiar.

Foto VCG

China, la UE y Canadá ya han presentado sus propuestas para la reforma de la OMC. Sin embargo, debido a que el proceso aún no ha comenzado, todas las partes concernientes tienen diferentes puntos de vista sobre varios asuntos. Se espera que las sesiones del G20 en Buenos Aires sean el primer paso para intentar estrechar estas diferencias y ampliar las propuestas para unos cambios potenciales en la estructura de la OMC.

Asimismo, otro de los encuentros que se seguirá más de cerca será la reunión entre los líderes de China y Estados Unidos. Como las dos economías más grandes del mundo, cualquier temblor en la relación económica entre China y EE. UU. provoca un impacto en la economía global. Un desarrollo sano y estable de esa relación no solo afecta al bienestar de sus dos pueblos, sino también a la paz y prosperidad en el mundo.

Los analistas guardan un “optimismo cauto” y consideran que ambos líderes podrían ser capaces de firmar –como poco– el camino para acabar con su disputa comercial, lo que daría cierto consuelo a los mercados globales y a la economía mundial. 

Otro de los temas más importantes que se discutirá en el G20 de este año es el cambio climático. En la cumbre del año pasado en Hamburgo, Alemania, la canciller alemana Angela Merkel dijo que debido a la retirada de Washington, el grupo fue incapaz de llegar al consenso en cuanto al Acuerdo de París para el cambio climático, pero que los otro 19 miembros sí decidieron unánimemente que no darán marcha atrás.

Foto VCG

Los incendios de las últimas semanas en California han centrado la atención global en el cambio climático. Si en la cumbre del G20 de este año se llegará o no a un acuerdo sobre este tema es algo a lo que estar muy atentos. Según el Financial Times, un borrador de declaración propuesto por los líderes en la cumbre tan solo mencionará por encima el Acuerdo de París, pero no solicitará más ayuda financiera a los países emergentes para gestionar el cambio climático.

En contra del unilateralismo y del juego de suma cero, el propio G20 está diseñado para ser “multilateral” y “cooperativo”. Hace diez años, la sabiduría de los líderes del G20 mostró que a través de la cooperación, y no la confrontación, el G20 puede ser un espacio efectivo para ayudar a resolver las incertidumbres y los riesgos potenciales a los que se enfrenta la economía global. Así que solo cabe esperar que esa misma sabiduría colectiva pueda resurgir en Argentina para sacar al comercio y a la economía mundial del abismo.

Fuente(s): China Plus