En 2011, el Tren Sino-Europeo de Chongqing a Duisburgo, Alemania, entró en operación, iniciando el transporte ferroviario entre China y Europa. El transporte de mercancías entre China y Europa es como una carrera de relevos. La cantidad de participantes es enorme. Cada paso en este proceso tiene sus propias dificultades.
En menos de 6 años, el Tren Sino-Europeo ha recorrido toda China, sirviendo a más de 30 ciudades. Pero pocos saben cómo cruza las fronteras, cómo se conecta en cada paso y cómo supera las dificultades. Estamos en una contrarreloj. Eso se demuestra en cada paso del Tren Sino-Europeo. La mayor presión la reciben las autoridades del sistema ferroviario. Este duro recorrido facilita a cambio el intercambio de mercancías por valor de 10 mil millones de dólares entre las dos regiones, creando miles de nuevas oportunidades de negocio para las empresas chinas y europeas y posibilitando el disfrute de todo tipo de productos a los pueblos chino y europeo a través de la construcción de la Franja y la Ruta.