El emperador japonés, Naruhito, y la emperatriz Masako, han saludado en Tokio a los ciudadanos de su país para expresarles sus buenos deseos. Ésta es la primera aparición pública en el Palacio Imperial desde que el nuevo emperador ascendió al trono el pasado miércoles.
El emperador desempeña un papel en gran parte ceremonial en Japón, y no tiene poder político. Muchos japoneses esperan que Naruhito sea tan devoto de la gente como lo fue su padre Akihito, y que traiga una perspectiva más global del papel que sus antecesores.
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