El rival es un nuevo coronavirus nunca antes visto. En la primera línea se libra una batalla contrarreloj entre la vida y la muerte. Son personas comunes y corrientes, pero una vez se visten de blanco, se convierten en guerreros. Enfrentando al virus, ellos lucharon arduamente y nunca retrocedieron.
La batalla de contención se inició con una cruenta confrontación. Enfrentar un virus desconocido y mortal requiere sobre todo de la dedicación y la sabiduría de los médicos. Esta dura batalla se inició con escasez de municiones, y fue una lucha a muerte y sin vuelta atrás desde el principio hasta el final.
Ante la amenaza mortal, tratan a la muerte como si fuera otra vida. No existen héroes que caigan del cielo, sino personas que se ofrecen a luchar. Nadie nace fuerte, la resistencia viene del corazón firme. Vestidos de blanco, ellos cuidan la vida de otros con sus propias vidas. El corazón de un médico es benévolo y su amor no tiene límites. Con su valentía, demuestran la fortaleza de la vida.

Son personas comunes y corrientes, pero una vez se visten de blanco, se convierten en guerreros.