Los residentes de la ciudad estadounidense de East Palestine, en Ohio, han expresado su frustración e inseguridad tras el descarrilamiento del tren que provocó una fuga de sustancias químicas tóxicas hace dos semanas. 

Muchos habitantes de la zona se han quejado de dolores de cabeza y ojos irritados, y han señalado que mascotas y animales han muerto. Las autoridades locales afirman que la fuga de químicos ha matado a unos 3.500 peces pequeños, pero los funcionarios insisten en que el aire es seguro para respirar y el agua es potable. Se ordenó la evacuación de los residentes después de que el descarrilamiento del tren provocara un incendio masivo el 3 de febrero. Tres días después, las autoridades llevaron a cabo lo que denominaron como una "liberación controlada" de los productos químicos peligrosos, la cual provocó una gran columna de humo negro. Posteriormente se permitió a los residentes volver a sus casas, pero los expertos afirman que aún se desconocen muchos de los peligros que representa la fuga. Los residentes han estado exigiendo respuestas sobre la situación y su amenaza para la seguridad.