En la sesión 53ª del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, China ha afirmado que el plan de vertido de aguas contaminadas con material nuclear supone un riesgo para toda la humanidad. Insiste además en que esta medida podría provocar un grave problema al medio marino mundial, así como a la salud pública, provocando desplazamientos a gran escala.
