El 25 de enero se llevó a cabo una recepción con motivo de la conmemoración del 60º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y Francia en la que, los jefes de Estado de ambos países pronunciaron un discurso a través de un enlace de video. El presidente chino, Xi Jinping, subrayó que la singular historia de las relaciones chino-francesas ha forjado el "espíritu chino-francés" de independencia soberana, comprensión mutua, previsión visionaria y cooperación beneficiosa para ambas partes. En esta celebración, el presidente Xi presentó una iniciativa de cuatro puntos para profundizar la cooperación chino-francesa en el futuro. A su vez, el presidente francés, Emmanuel Macron, mencionó que los dos países tienen la responsabilidad de construir conjuntamente una alianza que no únicamente satisfaga las necesidades de los dos pueblos, sino que de igual forma contribuya a la paz y la estabilidad mundiales. Esto demuestra que ambos mandatarios tienen un alto grado de consenso sobre el fomento de la cooperación China-Francia.

En las relaciones de China con Occidente, Francia desempeña un papel único ya que fue la primera potencia occidental en establecer formalmente relaciones diplomáticas con China y la primera potencia en establecer una alianza estratégica integral y un diálogo fundamental con este país asiático. El establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y Francia demostró plenamente la extraordinaria sabiduría y valentía de los líderes de la época, abrió la puerta de la interacción y la cooperación entre China y Occidente y trajo esperanza al mundo en plena Guerra Fría, lo que supuso un acontecimiento sumamente importante en la historia de las relaciones internacionales.
A pesar de las turbulencias mundiales, a lo largo de los últimos 60 años, las relaciones chino-francesas han mantenido un lugar destacado en los intercambios de China con Occidente. Hace diez años, al celebrar el 50º aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre China y Francia, el presidente Xi Jinping se refirió al "espíritu chino-francés". Hoy, el presidente Xi ha vuelto a hacer hincapié en este espíritu. Según los analistas, el "espíritu chino-francés" es una llave de oro para que los extranjeros comprendan el pasado, el presente y el futuro de las relaciones chino-francesas. La independencia y la autonomía son cualidades espirituales comunes de ambas naciones, lo que ha generado que la relación entre los dos países sea capaz de superar el impacto de los cambios en la situación internacional, centrándose en la cooperación y tratando adecuadamente las diferencias, convirtiéndose en un modelo para la relación entre China y Occidente.
En cuanto a los intercambios bilaterales, China y Francia no tienen contradicciones geopolíticas ni conflictos de intereses fundamentales, sino más bien una resonancia espiritual de la independencia y la audacia de ser los primeros, así como una admiración y atracción recíproca entre las dos civilizaciones, mismas que son reforzadas mediante el diálogo y la comunicación regulares con el objetivo de mejorar la confianza política mutua, ampliar la cooperación práctica y promover los intercambios civilizacionales.
Las grandes potencias deben comportarse como tal. China y Francia son miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, amantes de la paz, opuestos a la confrontación y defensores de un auténtico multilateralismo. En los últimos años, China y Francia han llevado a cabo una gran cooperación en torno a la lucha contra el cambio climático y la promoción de la conservación de la biodiversidad. Ante los conflictos geopolíticos emergentes, China y Francia también están resolviéndolos de manera activa. En un mundo turbulento, China y Francia tienen la responsabilidad de permanecer más unidas, de resolver codo a codo el dilema de la gobernanza mundial y de actuar como "estabilizadoras" del mundo.