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Estados Unidos pone a Europa en riesgo de guerra nuclear al hablar de seguridad
CGTN

En respuesta a la "creciente amenaza de Rusia", Estados Unidos planea estacionar ojivas nucleares, tres veces más potentes que la bomba de Hiroshima, en el Reino Unido por primera vez desde 2008, informó The Telegraph.

Altos funcionarios a ambos lados del Atlántico instan a realizar preparativos militares para una posible guerra entre la OTAN y Rusia. "Creo que tenemos que ir más allá y considerar detenidamente el reclutamiento", declaró a Sky News el general Sir Richard Sherriff, ex alto comandante de la OTAN en el Reino Unido. Anteriormente, el Secretario de Marina de Estados Unidos, Carlos Del Toro, pidió a Downing Street que "reevaluara" el tamaño de sus fuerzas armadas.

En nombre de la seguridad, el programa de compartir armas nucleares de Washington está, en realidad, exponiendo a Europa al riesgo de una guerra nuclear.

Para empezar, para detener la llamada "amenaza" de Rusia, la Casa Blanca y sus aliados de la OTAN deberían al menos entender las exigencias de seguridad del Kremlin. Desde el principio, el gobierno ruso ha dejado clara su exigencia: el fin de la expansión de la OTAN. Creada para defender a las potencias occidentales del campo soviético en 1949, la OTAN no solo ha seguido existiendo tras la caída de la Unión Soviética en 1991, sino que incluso ha incorporado al bloque a países que antes formaban parte del Pacto de Varsovia y se ha expandido hasta la puerta de Rusia.

Esto, sin duda, ha elevado tremendamente el nivel de ansiedad del Kremlin. En gran parte debido a que Washington exprimió al máximo el espacio estratégico de Moscú, estalló el conflicto entre Rusia y Ucrania. Ante los crecientes riesgos militares, Estados Unidos y sus aliados de la OTAN deberían haber aprendido la lección y abstenerse de nuevas provocaciones.

Disminuir la tensión por la vía diplomática o por otros cauces debería y podría ser la forma más plausible de hablar de seguridad, una seguridad en la que deberían tenerse en cuenta las preocupaciones de todas las partes implicadas.

Lamentablemente, Washington está actuando en sentido contrario. Su plan de trasladar armas nucleares al Reino Unido pondrá al Kremlin en estado de máxima alerta. En este contexto, según Reuters, es muy probable que Rusia, que posee el mayor arsenal de ojivas nucleares del mundo, contraataque con más intensidad y fuerza las repetidas provocaciones de Washington. Gritando la necesidad de hacer más seguras a las naciones europeas, Washington está aumentando el riesgo de que se inicie una guerra nuclear en Europa.

Peor aún, será Reino Unido, no Estados Unidos, el más afectado si estalla la guerra. Al fin y al cabo, será la base de Lakenheath de la Fuerza Aérea Real en Suffolk, territorio del Reino Unido, desde donde se lanzarán las ojivas nucleares. En estas circunstancias, Reino Unido, y no Estados Unidos, será el objetivo principal si Washington decide lanzar un ataque nuclear contra Moscú. Ostentando de su alianza con el Reino Unido, la Casa Blanca está, en cambio, arrastrando a su aliado a una situación más peligrosa.

Washington siempre habla de seguridad, pero lo único que hace es traer el peligro a la región. Como gran potencia nuclear, Estados Unidos debería haber desempeñado un papel constructivo para frenar la proliferación de armas nucleares, pero el país está actuando al revés.

Cabe señalar que el acuerdo de Washington para compartir armas nucleares también ha incumplido el Tratado sobre la no proliferación de las armas nucleares, firmado en 1968 para frenar la difusión de la tecnología nuclear. "Todo Estado poseedor de armas nucleares que sea Parte en el Tratado se compromete a no traspasar a nadie, directa o indirectamente, armas nucleares u otros dispositivos nucleares explosivos, ni el control sobre tales armas o dispositivos explosivos", reza el artículo I del Tratado.

"Lo que se necesita ahora es que Estados Unidos entable un diálogo serio con Rusia para poner fin a todos los acuerdos de uso compartido de armas nucleares", al igual que hicieron la Unión Soviética y Washington durante la crisis de los misiles cubanos, afirmó Ivana Nikolić Hughes, presidenta de la Nuclear Age Peace Foundation y profesora titular de Química de la Universidad de Columbia, en un artículo publicado en Truthout.

Si Washington es sincero sobre la seguridad de sus aliados, abandonar el plan de estacionar ojivas nucleares en el Reino Unido es el primer paso.