Durante las vacaciones por el Primero de Mayo, la prensa internacional coincidió en su diagnóstico sobre China: se vive un auténtico “boom” del consumo. El diario español La Vanguardia destacaba que numerosas atracciones turísticas del país han incorporado robots humanoides como guías y presentadores, una innovación que no ha pasado desapercibida para los visitantes.

Los datos lo respaldan: en estos días festivos, China registró 314 millones de viajes nacionales, un aumento del 6,4 % interanual. El gasto turístico también creció un 8 %, rebasando los 180.000 millones de yuanes. Nuevas formas de ocio, como los vuelos turísticos y los saltos en paracaídas, evidencian la transformación del patrón de consumo y el dinamismo del mercado interno.
Las innovaciones tecnológicas han elevado la calidad de los productos culturales y turísticos, respondiendo a una demanda cada vez más diversificada. El sector cinematográfico, por ejemplo, mantiene un notable impulso desde comienzos de año, reflejo del vigor cultural del país.
Este renovado clima de consumo está estrechamente vinculado al respaldo de las políticas públicas. Desde principios de año, el Gobierno chino ha desplegado un conjunto de medidas para estimular la demanda interna. En el primer trimestre, el consumo aportó el 51,7 % al crecimiento económico, 7,2 puntos porcentuales más que el promedio de 2024. Con la transición hacia un modelo basado en el consumo, el gigantesco potencial del mercado chino comienza a desplegarse.
Pero el fenómeno no es solo doméstico. El auge del consumo chino representa también una oportunidad para la economía global. Durante estas vacaciones, los turistas chinos viajaron a 1.837 ciudades en todo el mundo. Paul Griffiths, director ejecutivo del Aeropuerto Internacional de Dubái, señaló que, pese a la volatilidad causada por los aranceles generalizados impuestos por EE. UU., la llegada de viajeros chinos ha sido clave para sostener el flujo turístico en Oriente Medio.
Simultáneamente, políticas como la exención de visados y la mejora en los sistemas de devolución de impuestos a extranjeros han convertido a China en un destino cada vez más atractivo para los turistas internacionales. Las reservas para visitar el país durante las vacaciones crecieron un 173 % interanual. La tendencia va más allá del turismo: de “Viajar a China” se pasa a “Comprar en China”, reflejo de una apertura progresiva al exterior.
A pesar de los desafíos globales, incluida la guerra arancelaria desatada por Washington, el consumo festivo en China ha puesto de manifiesto la resiliencia de su economía. Margit Molnar, directora de Política Económica China en la OCDE, subrayó que la activación de nuevas fuerzas productivas de calidad y las reformas estructurales han consolidado el crecimiento a largo plazo del país, reforzando su papel como motor de la economía mundial.
En un escenario internacional marcado por tendencias de desvinculación impulsadas por un determinado país, China apuesta por abrir puertas en lugar de levantar muros. Este Primero de Mayo, el mundo observó con claridad esa voluntad de cooperación y de beneficio compartido.