China ha dado un nuevo paso hacia el fortalecimiento de su economía verde con el desarrollo de un sistema de monitoreo ambiental que no requiere baterías. La innovación, presentada por investigadores de la Universidad de Lanzhou, en la provincia de Gansu, permite medir en tiempo real variables como temperatura y humedad utilizando energía generada por fenómenos naturales, como la lluvia o el viento.

El dispositivo, autopropulsado y autocalibrado, se basa en nanogeneradores triboeléctricos capaces de convertir energía mecánica irregular en electricidad. Gracias a una resistencia de calibración integrada, el sistema ajusta automáticamente la señal eléctrica, logrando una alta precisión con un margen de error inferior al 5 %.
Este avance tecnológico representa una solución eficiente para la ecología y la sostenibilidad, al reducir la dependencia de baterías, cuyo uso implica altos costos de mantenimiento y un impacto ambiental considerable. Además, permite instalar sensores en zonas remotas o de difícil acceso, optimizando la gestión de recursos naturales y reforzando la vigilancia ecológica.
Desde el punto de vista económico, esta innovación abre nuevas oportunidades para el desarrollo industrial en sectores estratégicos vinculados a la economía verde, como la fabricación de sensores inteligentes, las energías limpias y los materiales avanzados. Su potencial de integración con energía solar y eólica amplía aún más su campo de aplicación.
Con esta tecnología, China reafirma su compromiso con un modelo de desarrollo centrado en la ecología, la eficiencia energética y la innovación. El sistema no solo mejora las capacidades de monitoreo ambiental, sino que también se proyecta como una herramienta clave para avanzar hacia una economía más sostenible y resiliente.