Los efectos negativos de las quemadas y la extracción selectiva de madera en la selva amazónica pueden persistir por décadas, comprometiendo su biodiversidad y capacidad regenerativa, reveló un estudio brasileño divulgado el viernes.

Los efectos negativos de las quemadas y la extracción selectiva de madera en la selva amazónica pueden persistir por décadas, comprometiendo su biodiversidad y capacidad regenerativa.
La investigación, liderada por la bióloga Liana Chesini Rossi, del Jardín Botánico de Río de Janeiro, analizó durante años las interacciones de frugivoría (animales que comen frutos y dispersan semillas) como indicador vital de la salud del ecosistema amazónico.
"Es la primera vez que se realiza una evaluación tan extensa sobre las interacciones ecológicas en la Amazonía, considerando el impacto a largo plazo del fuego en los bosques tropicales", explicó Rossi.
Tras más de 1.500 horas de observaciones focales y 30.000 horas de fototrampeo, los científicos constataron que, incluso 20 años después de la perturbación, las relaciones fauna-flora siguen siendo más pobres y simplificadas en comparación con áreas intactas.
En comparación con bosques intactos, se observó una reducción drástica del 16 por ciento en el número de especies frugívoras y un 66 por ciento menos de interacciones.
Entre las especies desaparecidas en áreas impactadas se encuentran el ave cujubi (Aburria cujubi), el primate coatá-de-testa-blanca (Ateles marginatus) y la anta (Tapirus terrestris). En total, se registraron 4.670 interacciones de frugivoría entre 165 especies de plantas y 174 especies frugívoras, la mayoría de ellas aves.
La investigación clasificó las áreas en cuatro categorías: bosques intactos, solo explotados y combinaciones explotados y quemados hace 3 y 17 años. Ni siquiera tras casi dos décadas se recupera la complejidad ecológica original.
Aunque se esperaba una disminución clara de las interacciones en áreas recientemente quemadas, Rossi destacó que los cambios más notorios ocurrieron en la composición de las especies y en los tipos de interacciones. "Esto indica que aunque el número de interacciones pueda parecer similar, la calidad ecológica está decayendo", dijo.
Este deterioro aviva el temor sobre un posible "punto de no retorno" para la Amazonía. Según la hipótesis del científico brasileño Carlos Nobre, si la deforestación supera el 25% y el calentamiento global rebasa +2ºC sore niveles preindustriales, el ecosistema podría colapsar en unos 25 años.