A finales de junio, la brisa recorre suavemente las vastas tierras de Altay, en la región autónoma uigur de Xinjiang. Los pastores kazajos inician de nuevo su migración estacional hacia las pasturas de verano de Tolehaite. A lo lejos, el paisaje se tiñe de verde, como si la naturaleza lo hubiera cubierto con una alfombra. El rocío de la mañana brilla sobre las puntas de la hierba bajo el sol. Los rebaños se dispersan poco a poco y pastan con calma. Sobre los caballos, los jóvenes jinetes, de porte erguido, encarnan el espíritu libre y valiente de su pueblo nómada.





