"El mundo ha llegado a una encrucijada", y "el mundo espera que China y Estados Unidos manejen adecuadamente su relación", esto es lo que el presidente chino, Xi Jinping, subrayó a su homólogo estadounidense, Joe Biden, el lunes durante su reunión en Bali, Indonesia, en los márgenes de la Cumbre del G20.

China y EE. UU. deben reconducir sus relaciones al camino correcto.
Xi también prometió un debate "sincero" sobre los temas que han abierto una brecha entre las dos principales potencias del mundo.
El inusual pero muy esperado encuentro cara a cara entre ambos líderes supone una señal positiva no solo para la Cumbre del G20, sino también para la paz y la estabilidad mundiales.
Xi dijo a Biden que, como líderes de dos grandes países, deben trazar el rumbo correcto y encontrar la dirección adecuada para los lazos bilaterales y elevar la relación. Los dos países deben tomar la historia como espejo y dejar que guíe el futuro, añadió Xi.
Biden, por su parte, aseguró que desea que Estados Unidos y China "gestionen nuestras diferencias" y "eviten que la competencia se convierta en conflicto".
Una "primera" reunión importante
Este es el primer viaje al extranjero de Xi tras la exitosa conclusión del XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China en octubre, y es la primera reunión en persona entre los líderes chino y estadounidense desde que Biden asumió el cargo en enero de 2021.
La última vez que el presidente chino estrechó la mano de un líder de Estados Unidos fue hace más de tres años, en junio de 2019, cuando Xi se reunió con el entonces presidente estadounidense, Donald Trump, también en los márgenes de la Cumbre del G20 en la ciudad japonesa de Osaka.
Pero eran otros tiempos: la pandemia de la COVID-19 aún no había golpeado al mundo; no había un desencadenante inminente de un conflicto en Ucrania; y los lazos entre China y Estados Unidos, aunque se enfrentaban a algunos desafíos en materia de comercio, eran en general muy estables.
En los últimos tiempos, debido principalmente al intento de Estados Unidos de contener el ascenso de China, la confianza mutua entre los dos países ha caído a un mínimo histórico, la retórica política y el simbolismo han tomado una nota cada vez más combativa, y las diferencias siguen surgiendo en una gama de áreas como el comercio, la tecnología, la política, la ideología y la seguridad.
Discusiones directas
Antes de la reunión, Biden se mostró optimista sobre sus conversaciones con el presidente chino. "Conozco a Xi Jinping, él me conoce a mí", dijo el presidente estadounidense en Phnom Penh, la capital de Camboya, con motivo de la cumbre entre Estados Unidos y la ASEAN, y señaló explícitamente que siempre han mantenido "discusiones directas". Tras las conversaciones del lunes, que duraron casi tres horas, Biden dijo: "Creo que nos entendemos".
Xi y Biden se reunieron por primera vez en 2012, cuando Biden era vicepresidente en el Gobierno de Barack Obama, y los dos líderes se conocen desde hace más de una década. "Tenemos muy pocos malentendidos. Solo tenemos que averiguar cuáles son las líneas rojas", añadió Biden de forma pragmática, sugiriendo claramente que Estados Unidos pretende evitar una confrontación feroz, o incluso un conflicto, con China.
Aunque los comentarios de Biden parecían positivos a primera vista, hay que señalar que la falta de comprensión por parte de Estados Unidos de las "líneas rojas" de China es lo que está en el centro de las tensiones actuales.
El hecho de que los líderes de China y Estados Unidos se hayan sentado cara a cara y hayan mantenido una conversación constructiva, supone una señal fuerte y positiva para el resto del mundo de que las dos naciones más poderosas están dispuestas a resolver sus diferencias mediante conversaciones pacíficas y, de paso, contribuir a aliviar las preocupaciones de estabilidad y seguridad mundiales.
Al fin y al cabo, una relación estable entre China y Estados Unidos es del interés de todo el mundo y, como tal, se ha convertido en una fuerte aspiración común de la comunidad internacional.
El camino correcto hacia adelante
A China le gustaría creer que Washington no quiere que las relaciones entre los dos países sigan cayendo en picado. China desea realmente mejorar las relaciones bilaterales con Estados Unidos, pero también está comprometida a salvaguardar fervientemente sus intereses nacionales.
Xi afirmó que está dispuesto, como siempre, a mantener un sincero y profundo intercambio de opiniones con Biden sobre cuestiones de importancia estratégica en las relaciones entre China y Estados Unidos y sobre los principales asuntos mundiales y regionales, y que también espera trabajar con Biden para que las relaciones bilaterales vuelvan a la senda del crecimiento sano y estable en beneficio de los dos países y del mundo en su conjunto.
Es extremadamente crucial que Estados Unidos reconozca de forma pragmática la buena voluntad de China y ayude a reconducir las relaciones bilaterales al camino correcto hacia una cooperación y un desarrollo mutuamente beneficiosos, evitando los riesgos de malentendidos y errores de cálculo. El crecimiento constante de las relaciones entre China y Estados Unidos sirve a los intereses de ambas partes y, al mismo tiempo, satisface las expectativas de la comunidad internacional. Se espera que Estados Unidos trabaje con China con un espíritu de respeto mutuo y desempeñe un papel responsable en la salvaguarda de la estabilidad y el desarrollo mundiales. La reunión Xi-Biden es un paso crucial en esa dirección.
El encuentro debe ir seguido de acciones positivas por ambas partes para cumplir una de las visiones de Xi para el mundo: "Sólo cuando los países se desarrollan juntos puede haber verdadero desarrollo; sólo cuando los países prosperan juntos puede haber verdadera prosperidad."