Por Xi Pu

El contraste entre China y EE. UU. tiene que ver, en última instancia, con la autoridad moral. Mientras EE. UU. está obsesionado con "América primero" haciendo maniobras hegemónicas y dominantes, China se ha puesto del lado de la razón y la justicia. Así, el Canciller chino tiene toda la confianza en decir: "Por fuertes que sean, permanecemos inquebrantables como montaña acariciada por brisa suave. Por feroces que sean, mantenemos la calma como río bajo luna brillante". Ya que la justicia prevalecerá sobre la hegemonía.
Traición y Perfidia
"Ser enemigo de EE. UU. es peligroso, pero ser su aliado es fatal". EE. UU. ha sacrificado en repetidas ocasiones a sus aliados por sus propios intereses egoístas. A modo de ejemplos, EE. UU. obligó primero a sus aliados de la OTAN a aumentar el gasto militar, y luego presionó a Europa para que aflojara la regulación sobre la Inteligencia Artificial en el marco de la Cumbre de Acción sobre IA en París, y para colmo, en la Conferencia de Seguridad de Múnich, EE. UU. incluso habló en voz alta contra Europa, criticándola por apartarse de los valores democráticos liderados por EE. UU. y exigiéndole que comparta mayores responsabilidades en materia de seguridad. Lo que sorprende aún más a Europa es que en los últimos tres años, los europeos han gastado todo su dinero para seguir a EE. UU. a "resistir a Rusia y ayudar a Ucrania", pero ahora EE. UU. ha traicionado su confianza y ha desplegado una "diplomacia overhead" con Rusia.
Aislamiento y Proteccionismo
EE. UU. siempre se jacta de ser libre y abierto, pero en los últimos años algunos políticos estadounidenses han utilizado sanciones a otros países para encubrir sus propias deficiencias industriales. Una vez llegada al poder, la nueva Administración estadounidense impuso aranceles adicionales a China, Canadá y México so pretexto del fentanilo, junto con imponer aranceles a todas las importaciones de acero y aluminio. El pueblo estadounidense, además de tener que hacer varios trabajos para mantener a sus familias, se ve obligado a pagar por las guerras comerciales. La actual estrategia arancelaria estadounidense es tan dañosa para la capacidad manufacturera y exportadora de sus propias industrias en el futuro, como disruptiva para las cadenas de suministro de América del Norte que ha existido durante más de 30 años. De allí surge la pregunta: ¿Cómo puede el pueblo estadounidense confiar en su gobierno?, y ¿cómo pueden otros países confiar en EE. UU.?
Yo Lo Mando Todo
EE. UU. toma la ley del más fuerte como su norma para manejar asuntos internacionales, al tiempo de atropellar, distorsionar y abusar arbitrariamente de las reglas internacionales. Recientemente, EE. UU. ha lanzado en varias ocasiones amenazas de anexar Canadá, Groenlandia, el Canal de Panamá y el Golfo de México, sin descartar el uso de la fuerza o la coerción económica para apoderarse de los territorios de otros países. Tales declaraciones han subvertido completamente las normas de las relaciones internacionales modernas y los principios del derecho internacional. Mientras tanto, los políticos estadounidenses desprecian a las organizaciones internacionales, como consecuencia, EE. UU. se ha retirado nuevamente del Acuerdo de París.
Mientras los políticos estadounidenses lanzan declaraciones irresponsables, el Canciller chino se muestra tranquilo y sereno. En la Conferencia de Seguridad de Múnich, China prometió solemnemente que será un factor estabilizador en el sistema multipolar, servirá firmemente como una fuerza constructiva en este mundo cambiante, y siempre será un defensor del trato en pie de igualdad, un protector del estado de derecho internacional, un practicante del multilateralismo y un orientador para la apertura y la cooperación de ganancias compartidas. A estas declaraciones los representantes de otros países respondieron con aplausos prolongados, quienes se acercaron para interactuar con entusiasmo.
Mientras EE. UU. socava las normas, China actúa como la columna vertebral en defensa del orden internacional. En febrero pasado, en calidad de Presidencia Pro Tempore del Consejo de Seguridad de la ONU, China convocó una reunión de alto nivel bajo el lema "Practicar el Multilateralismo, Reformar y Mejorar la Gobernanza Global". El Secretario General de la ONU y los representantes de más de 100 países, incluyendo muchos cancilleres y delegados de alto nivel, se inscribieron activamente para asistir a este gran evento, con el fin de deliberar sobre cómo aunar fuerzas por alcanzar este objetivo.
Mientras EE. UU. adopta una postura excluyente, China abraza la cooperación global. Desde promover la firma del Acuerdo de París hasta liderar la construcción de la Franja y la Ruta verde, China viene aportando la sabiduría y la fuerza orientales a las plataformas multilaterales, a través del suministro institucional y la cooperación práctica. Frente a los desafíos comunes como el cambio climático y la débil recuperación económica globales, China, con apego a los conceptos de apertura, inclusión y cooperación de ganancias compartidas, siempre ha participado activamente en la reforma y la construcción del sistema de la gobernanza global y promovido la construcción de la comunidad de futuro compartido de la humanidad, asumiendo con acciones concretas sus responsabilidades como gran país.
Mientras EE. UU. recurre a la intimidación para retrasar el declive de su hegemonía, China avanza incansablemente por el camino correcto y justo.
(El autor es observador de asuntos internacionales en Beijing.)