Myanmar ha guardado un minuto de silencio en honor a las víctimas del devastador terremoto que ha dejado, hasta el momento, más de 2.700 muertos. Las sirenas sonaron a las 12:51 de la tarde, hora local, exactamente cuatro días después del terremoto de la semana pasada. El país también ha declarado una semana de luto nacional.

Un equipo de rescate chino participa en las operaciones de socorro en Mandalay, una de las zonas más afectadas por la catástrofe. Hasta el 1 de abril por la mañana, el equipo había rescatado con éxito a ocho supervivientes.

Con temperaturas diurnas superiores a los 40 grados centígrados, el calor extremo supone un reto para las labores de rescate. La Organización Mundial de la Salud ha clasificado el terremoto de Myanmar como emergencia de máximo nivel, y está trabajando para apoyar las operaciones de rescate y prevenir brotes de enfermedades. Se espera que el número de muertos siga aumentando a medida que los equipos de rescate lleguen a las ciudades y pueblos aislados por el seísmo.