¿Sabías que los trenes de alta velocidad reflejan la cultura de cada país? Por ejemplo, el TGV francés tiene respaldos reclinables 15 grados, ideales para leer; el Shinkansen japonés incorpora cristales con protección UV del 70 % para disfrutar del monte Fuji sin riesgo de quemaduras; el ICE alemán asegura el funcionamiento continuo de su máquina de café gracias a un sistema de voltaje estable; y el tren Fuxing chino cuenta con un “vagón flexible” que permite sentarse o acostarse en temporada alta, aumentando la capacidad en un 20 %.


Más que velocidad, estos trenes ofrecen un diseño pensado para el confort y la cultura local. La próxima vez que viajes en uno, fíjate en esos detalles: revelan el equilibrio entre tecnología, comodidad y humanidad.
